lunes, 29 de enero de 2007

Que nos pasa? PR Por Javier Avila

Para que reflexionemos todos….Despues de leer algunos de los comentarios esto es un reportaje que resume bastante bien mi modo de pensar. Muy bien por Javier Avila quien es el autor del articulo…

Aunque quiera comentar mas a menudo, no puedo. Me comprometo a publicar algo una vez a la semana. Al menos por ahora. Gracias por el interes y sus colaboraciones.

Saludos,


JELC

Prensadisidentepr.blogspot.com

Lo que nos pasa

Javier Ávila

La respuesta a la pregunta "¿Qué nos pasa, Puerto Rico?" siempre ha estado en la pregunta misma; sólo había que mover el último signo de interrogación hacia la izquierda para obtener la respuesta: ¿Qué nos pasa? Puerto Rico. Precisamente eso, Puerto Rico, es lo que nos ha pasado por mucho tiempo. Y si la causa de nuestros problemas es Puerto Rico, y el resultado es Puerto Rico, el círculo vicioso de nuestro proceso (d)evolutivo nos obliga a aceptar lo que hay o a abandonarlo. Intentar solucionar el deterioro, por más bien intencionado e idealista que resulte, no es una posibilidad. La lógica nos lo revela. Ahora bien, la lógica es algo que desaparece automáticamente cuando se sufre la condición que llamaremos, por falta de un nombre más científico, Puerto Rico.

Si Puerto Rico es una enfermedad contagiosa que le roba al paciente el sentido común y el paciente se acostumbra a su condición, de manera que no se siente afligido, entonces el típico puertorriqueño pensaría que la respuesta a la pregunta "¿Qué nos pasa, Puerto Rico?" es "nada". Aquí no pasa absolutamente nada. O nada tan malo como para preocuparse tanto. Y si es así (y muchos nos tememos que sea así), entonces no hay ningún problema con que no sepamos qué somos ni quiénes somos; no hay ningún problema con la disolución -o la inexistencia- de nuestra identidad en este circo colonial capitalista y, finalmente, no hay ningún problema con vivir en un simulacro fracturado y caótico en donde reina la mentira, prospera la corrupción, se recompensa la mediocridad, decae la autorreflexión y se rinde el intelecto.

Quien sufre de Puerto Rico no sufre por Puerto Rico. Quien sufre de Puerto Rico carece de la capacidad para sufrir por Puerto Rico. Por lo tanto, quien sufre de Puerto Rico sufre poco y es mayormente feliz. Su padecimiento no le permite pensar que su país es una figura trágica. La consecuencia de su enfermedad, en otras palabras, redunda en una visión optimista y astigmática del mundo, una percepción convenientemente limitada y limitante del ayer y del mañana.

Quien sufre de Puerto Rico no ve a la isla como un territorio caído y arruinado en manos de la negligencia de sus habitantes; tampoco ve la población como una civilización que podría ser eficaz si comprendiera la esencia de la vida comunitaria. Quien sufre de Puerto Rico sufre de ceguera.

Entonces, ¿qué nos pasa, Puerto Rico? Pues nos pasa que estamos severamente superpoblados y hacinados y somos el país más feliz del mundo. Nos pasa que por décadas hemos sido uno de los cinco países más violentos del planeta y seguimos siendo el país más feliz del mundo. Nos pasa que robamos y estamos acostumbrados a la cultura del fraude y seguimos siendo el país más feliz del mundo. Nos pasa que ya no nos sorprende que una cuarta parte de los embarazos en el país esté compuesto por adolescentes, algunas menores de catorce años, y seguimos siendo el país más feliz del mundo. Nos pasa que ensuciamos nuestras calles, nuestros parques, nuestra "patria" (y que milagrosamente se puede ser patriota y basurista al mismo tiempo) y no lo vemos, pero seguimos siendo el país más feliz del mundo. Nos pasa que somos pobres y que no sabemos que somos pobres -sobre todo culturalmente- y que no nos importa porque de algún modo seguimos siendo el país más feliz del mundo. Nos pasa que le adjudicamos más valor a un ridículo certamen de belleza que a la enseñanza de la lectura y que así podemos continuar siendo el país más feliz del mundo. Nos pasa que nos creemos superiores a nuestros gobernantes y, sin embargo, los elegimos cada cuatro años y todos perdemos y ellos son nuestro repugnante reflejo y no nos importa porque somos el país más feliz del mundo. Nos pasa que al fin y al cabo estas palabras no tendrán ningún valor ni validez en la mente de la mayoría de los lectores de este periódico, quienes se concentrarán en las ventas de los "shoppers" para así seguir viviendo en el país más feliz del mundo. Nos pasa que la verdad se ignora para así poder vivir en el país más feliz del mundo. Nos pasa, finalmente, que quienes sí pueden cambiar el panorama político-social han perdido la fe y preferirían contagiarse de Puerto Rico para poder seguir viviendo cómodamente en el país más feliz del mundo.

Es curioso que todavía se intente hacer campaña por recuperar valores perdidos. Muchos de esos valores jamás han sido parte de nuestras vidas. ¿Cómo se puede recuperar lo que nunca se ha perdido? Por ejemplo, la tradición del basurismo siempre ha existido. Tu bisabuelo, tu abuelo y tu padre eran basuristas y tú también eres basurista. ¿Por qué? Porque esa dejadez nos permite ser felices; porque de ese modo adquirimos la libertad de no pensar en quién tiene que recoger esa basura que tiramos; porque otra popular campaña dice "Yo limpio a Puerto Rico" en lugar de decir "Yo no ensucio a Puerto Rico", porque así podemos seguir nuestro camino y olvidar lo que es nuestra responsabilidad; porque es fácil vivir en el paraíso cuando uno es niño; porque es igualmente fácil permanecer en un estado de niñez por toda una vida; porque no nos pasa nada, Puerto Rico, absolutamente nada. Eso, compañeros, es lo que nos pasa.

domingo, 21 de enero de 2007

Puerto Rico...Los Celos, el sentido común y sus victimas.

Esto es lo que pasa. PR esta controlado por manipuladores. Manipuladores que se les hace cada vez más fácil manejar los rumbos del país. PQ. Es bien sencillo. La gente pensante esta cada vez mas alejándose del país. Se van a buscar nuevos y mejores rumbos. Son la gente pensante, profesionales bien preparados y capaces de hablar ambos idiomas. Son los que se sienten personas antes de puertorriqueños.

Saben que nacieron aquí pero no portan la bandera ni como escudo ni como excusa. No idolatran a tal o cual puertorriqueño famoso y exitoso por el mero hecho de que son de PR. Tienen la capacidad de lograr, por eso no viven ni necesitan de los logros ajenos. No los necesitan para sentirse completos. Tienen sus propias metas y luchan por conseguirlas preparándose intelectual, física y espiritualmente. Son capaces; ven las oportunidades y tratan. Muchos fallan pero tratan. No viven de los logros de otros que si trataron y triunfaron.

Son los protagonistas de su destino. Se dieron cuenta que el racismo que les venden los comunicadores coloniales no existe o es exagerado. Saben que nuestra sucia prensa omite la posibilidad de que las audiencias no les estén solicitando que sean imparciales ni neutrales sino simplemente creíbles, y que hagan buen periodismo. Un medio no tiene por qué ser neutral pero puede ser creíble, incluso por sus adversarios.

Estos profesionales entienden que no existe el rechazo (racismo) del que tanto hablan, al menos por la razón que nos venden. El mero hecho de ser de otro color o pedazo de tierra no es la razón. El que es difícil de entender porque no domina el idioma si puede sentirse rechazado. Todo se debe al idioma. Pero ellos si aprenden ingles, español, francés, chino o italiano. Lo hablan y se le abren muchas puertas. Saben que el hablar otro idioma no los hace menos puertorriqueños. Otro idioma desconocido no es malo, es solo eso desconocido para el que tiene miedo a aprenderlo.

Lo que es verdaderamente frustrante es que no tengo muchas esperanzas de cambio. Esos antes mencionados se van pero lo que se queda es el problema. Cada vez que me topo con un pare y el otro carro se lo come, cuando tiran bolsas de fast food por la ventana sin misericordia, cuando vas al banco y tienes que hacer una fila de 50 minutos para realizar alguna transacción que solo toma 30 segundos. Cuando vez la gente estacionada en línea amarilla o bebiendo en el carro. Cuando vas a Sams y Costco y los libros que vez son de religión o superación barata. La radio toca reggaeton. Ritmo monotono que invita a la mujer a mover su culo, y entregárselo al que se le pare atrás. Daddy, Don Omar, Calle 13, Wisin, Rakim, "me pregunto si a sus esposas e hijas las invitan a lo mismo”. Cuando el humor que vez en la televisión no es otra cosa que doble sentido obvio y vulgar para que lo puedan entender. Las personas que toman estas acciones no tienen sentido común, no saben pensar, no saben vivir en comunidad, son tontos manipulados que viven mantenidos. Viven en una propiedad sucia, la jaula que los encajona en cemento y los protege de ellos mismos. Son parásitos, lo saben y no les importa.

Se molestan cuando ven una persona bien vestida, educada, exitosa. Su mente automáticamente se victimiza y busca excusas de porque no puede tener, verse y comportarse así. En muchos casos es una niña que tiene que cargar con una barriga y mantener un marido que le es infiel y probablemente le pega. Si también es fanático del regaetton y escuchaba las canciones con ella y hasta se las dedico. Todavía recuerda el dia en que tuvieron relaciones después de bailar hasta las tantas de la madrugada en una discoteca al son del susodicho ritmo, salieron de la discoteca en el carro que estaba estacionado en línea amarilla, se comieron varios pares, tiraron la comida del fast food por la ventana y tuvieron sexo en un motel sucio y barato. Ella pagó. El muy imbecil no supo tan siquiera ponerse el condón y así empezó la historia de esta cajera celosa de la cliente que tiene en frente, ingeniera de profesión, madre de dos niños, esposa del CPA que lleva las cuentas del Fast food donde trabaja y que está planificando mudarse a Florida o California. No aguantan más el desorden. Tu lo aguantas o lo provocas. Yo no aguanto mas.

Me decidí a escribir y así desahogarme.

Un abrazo


J.E.L.C